miércoles, 19 de agosto de 2020

Bretones

Agostos solitarios

desde lo alto del acantilado.

Los bañistas son hormigas de colores

que ignoran la evaporación de las nubes.

El sol que cansa esta tarde

de turistas y malos humos

advierte de un final siempre posible,

siempre escondido.

Desenreda el viento las madejas

doradas por el sol

y las axilas vegetales de la costa.

Todo es un ambiguo calambur,

[suena una cosa, dice otra]

una sombra iluminada en silencio,

olas de cerveza que barren las piedras

y los cristales.

Todo es sí, no, quizás,

a todas horas.

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