sábado, 17 de noviembre de 2007

HISTORIA UNIVERSAL

Al principio, la tierra estaba llena de lo que quizás equivocadamente llamamos fallos y fue una ardua tarea hacerla más habitable. No habia puentes para atravesar los ríos. No había caminos para subir a los montes. ¿Quéría uno sentarse? Ni siquiera un banquillo, ni sombra. ¿Se moría uno de sueño? No existían las camas. Ni zapatos ni botas para no pincharse los pies. No había gafas para los que veían poco. No había balones para jugar un partido; tampoco había ni ollas ni fuego para cocer los macarrones; es más, mirándolo bien, tampoco había macarrones. No había nada de nada: cero tras cero y basta. Sólo estaban los hombres, con dos brazos para trabajar, y así se pudo poner remedio a los "fallos" más grandes. Pero todavía quedan muchos por corregir: ¡arremangaos, que hay trabajo para todos!