Perdió su fuerza la mar,
encerrada en el tiempo,
al temerse y dudar
de sí misma;
dejó de sentir su bramido
pero no el eco
de lo que la resaca arrastraba.
Retrocedió
casi veinte siglos
que perdió
por sólo instantes
de calma,
sintiéndose invencible
en cada mudanza.
En el nuevo despertar
no habrá sol;
sólo sombras
de lo que antes veía mejor:
un horizonte confuso
que al cielo roba color
y al agua, su sinuosa cadencia.
encerrada en el tiempo,
al temerse y dudar
de sí misma;
dejó de sentir su bramido
pero no el eco
de lo que la resaca arrastraba.
Retrocedió
casi veinte siglos
que perdió
por sólo instantes
de calma,
sintiéndose invencible
en cada mudanza.
En el nuevo despertar
no habrá sol;
sólo sombras
de lo que antes veía mejor:
un horizonte confuso
que al cielo roba color
y al agua, su sinuosa cadencia.