sábado, 15 de noviembre de 2014

Nec revocare potes qui periere dies

Días de frío, días de paz,
días de evocar, días de recordar
en soledad.
Los días de vivir pensando, siendo
consciente de existir.
Los días en que solo
es mejor,
mas no saber por qué
el cristal no está roto
pero se derrumban muros de piedra
con facilidad.
Días en que a otro ves
morir
y corre horchata por tus venas,
nada te afecta
siendo hoy
el día sublime de pensar
en grandes imposibles,
días de decadencia arrolladora,
de encerrarse en la mullida
cazadora del ahora,
del dejarlo estar
en una realidad sufrida
que corre mirando al reloj,
esperando verlo parar
y seguir la vida, pensando
que no puedes revocar 
a los días que ya han perecido
mientras observabas
de la aguja el giro
que lento se te clavaba
en circulares horas descorchadas.

Días que pasan mientras reparo en su pasar y mi pesar,
y en la gente
que ya vivió en ellos,
tristes, solitarios,
de paz,
de soledad,
susurrando y sufriendo auto-asesinatos silenciosos servidos con sangre desasosegada.