jueves, 20 de julio de 2017

No afines tu tez, mujer:

afina tu corazón.

No tapes tus vivencias

con anti-ojeras de roll-on.

 

No ocultes tus surcos

con bálsamos de sanación;

ni te eches esa laca

que te deja de cartón.

 

No reniegues de tu vello,

-lo más bello- que tiene función;

y no vuelvas a llorar

podándote con dolor.

 

No ocultes, mujer, tus experiencias

con tintes de ningún color,

que el color de vello más bello

es, sin duda, tu color.

 

No te compres tantos tarros

para parecer de televisión,

que tu cuerpo ya es perfecto:

no necesita pintor.

 

Disfruta, saborea y respira

y embellece tu estación,

que, invierno o primavera,

todas tienen diversión.