miércoles, 12 de febrero de 2020

Livorno

Los coches salpican cuando pasan

en el furor de un día cualquiera.

Las nubes grises cubren a la gente

y la atropellan.

 

Cruzas la calle como siendo aire,

escurridizo, entre luces lilas,

y me miras como sin querer,

pero en armonía.

 

Cuando vas, ahí, a La Deriva

todo se convierte en sorpresa:

esta vez te presentas diciendo

“qué larga esta espera”.

 

Somos ahora los mismos románticos:

aire pastoso y atmósfera interna,

idealismo, intuición, rebeldía

y naturaleza.

 

Y es eso lo que nos trajo aquí:

 

Somos tentempiés, pero odiamos

la gravedad de una elección,

somos los somieres en las calles,

lo que sujeta cada ensoñación,

somos de los que enseguida marchan,

y buscan el hogar en una mirada.

 

Somos los que vuelven por inercia,

pasajeros de cafés cortados, 

Somos trasnochados profesores

de sentimientos hipertrofiados.

Por todos los dientes de león

y tantas heridas que soplamos:

ensayo y error,

duda y decisión,

fiebre y rencor,

todo intuición

 

Somos enamorados.