–––Sin duda alguna, la Segunda Revolución
fue la que más repercusión tendrá en el declive del resto. Ya se
había estado fraguando durante unos meses. Y, al fin, surgió. Fue
tras la asociación de los dos bandos. Con diferente datación que
las otras, aunque no disten mucho las fechas dentro de un mismo
verano. También el cielo sigue siendo color carbón y los
alicientes, suficientes. Es posible que se haya ya culminado con ella
aquéllo de meses anteriores, pero en una parte de los aliados pervive
el anhelo de rebelión.
–––Y, ¿terminó bien?
–––Puede. Hay quien diría que fue tan
intensa aquella noche, que no pasará al olvido de los presentes; que
se trató de una revolución tan penetrante, que retumbará durante
años. De todos modos, ¿acaso el simple recuerdo es suficiente como
para alegar que se trata de un buen final? ¿Vale la pena tener una
vida nostálgica, rememorando ese momento y fantaseando con un
posible cambio que lleve a una segunda coalición? Yo creo que no.
Casi me aventuro a decirte que es una majadería pasar el tiempo
soñando, pero nuestra existencia está para realizar cualquier
torpeza que nos haga sentir vivos. Y en ese enorme maletero sin fondo
de acciones sin sentido aparente, se encuentran los sueños que cada
cual persigue.
–––Comprendo lo que dices, pero volvamos a
los hechos.
–––Los hechos son siempre los mismos.
Todas las revoluciones tienen grandes similitudes. Y lo único a
destacar de cada una son los rasgos dispares entre ellas. Lo que en
esta segunda discrepa del resto es muy grande, son los propios bandos
en sí: eran afines, mostraban interés por las mismas cosas y puede
que en algunos momentos llegaran a tener las mismas intenciones. El
problema de éstas últimas es que han ido variando a medida que pasa
el tiempo desde la estival jornada. De este modo, el paso del
invierno puede congelar los lazos entre los bandos haciendo que se
conserven hasta que vuelva a darse otra coyuntura, o realizar cambios
notorios en sus pretensiones.
–––¿Qué es lo que tiene que pasar para
que tenga un claro final feliz?
–––No pasará nada, que es lo que tiene
que pasar para lo que dices. Pasará el tiempo, pero sólo eso. Únicamente nos queda tirar la moneda
hacia las nubes. Esperar su retorno y aterrizaje sobre nuestros cascos.
Así, las revoluciones son sometidas al invierno y al tiempo, que todo
lo vuelven realidad envilecida.
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